- Al rescate de Manu
- ¿Te falta tiempo?
- Caminar, caminar.
- Presta atención
- Disfrutando la vida de los que amas
- El avión
- El árbol
- Un rato en el parque hace mucho por ti
- Da el primer paso, sin escuchar al fantasma
- Sencillamente un alto
- Gestos de Navidad
- La riqueza de un encuentro
- Mi abuela Elena
- Bocinazo bravucón
- El pajarito de la ventana
- Las historias son parte de nuestra vida
- Desde la ventana del avión
- El muchacho de las empanadas (Segunda Parte)
- El muchacho de las empanadas (Primera Parte)
- La amistad es un don, efectivamente
- ¿Pensamos en los últimos años de nuestra vida?
- El compañerismo en la blanquiroja
- Cada día damos un paso y aprendemos algo
- Dos motivos más para valorarlos
- Enseñanza del abuelo sobre la buena tierra para la vida
- Actitudes que destacan
- Amando me enseñó a amar
- ¿Caminamos con paciencia?
- Antes de dormir
- Un compañero de camino no se cansa de obrar el bien
- Un encuentro con la mariposa (Tercera Parte)
- Conversando con el abuelo
- Tengo 82 y ya sé cómo usar whatsapp
- ¿Cómo ayudo a ser feliz hoy a la persona que tanto quiero?
- El ojo de agua
- Una lección de ternura del Papa Francisco con una ancianita (En Perú)
- ¿Qué historia quieres escribir hoy en tu libro de la vida?
- Crisanto escogió vivir alegre
- Comenzar nuestro día con actos buenos nos trae alegría
- Cuanto alegra el alma la llamada de alguien especial
- Un encuentro especial en Navidad
- ¿Cuál es el mejor regalo en la Noche Buena?
- Nuestros abuelos son un gran tesoro
- ¿Puede un sencillo gracias cambiar la actitud de una persona?
- Compartamos momentos de la vida de nuestros abuelos
- El consejo de Ernestito
- Pescando una buena lección
- La mariposa y la flor (Segunda Parte)
- Ayudarlos implica saber ir a su ritmo
- Conversaciones con mi abuelo
- La mariposa y la flor (Primera Parte)
- ¿Por qué necesitamos a los abuelos en la familia?
- El pequeño valor de estar atento a los demás
- Disfruta un buen abrazo
- Mi amigo Don Alejo
- ¿Cuánto cuesta decir buenas noches?
Levantó el paso para dar el otro, aunque por su mente en cuestión de micro segundos había pasado la idea de no llegar a darlo, como un rápido susurro donde él mismo escuchaba su voz diciéndose "¡detente!", mientras el peso del pie había llegado al punto de equilibrio, al siguiente micro segundo se dio cuenta que había tomado una decisión. A penas Pancho decidió sacar adelante su proyecto, por la cabeza danzaban los fantasmas como aquellos del célebre cuento del famoso escritor Charles Dickens , " los fantasmas de Scrooge ". Digamos, sólo para ilustrarles lo que pasaba allí adentro, que esta historia podría llamarse los tres fantasmas de Pancho. Entonces llegó el primero, el fantasma del pasado que lo atormentaba evocando recuerdos de momentos en los que no pudo sacar algo adelante, desde aquella vez, siendo aún niño, cuando intentó montar una patineta y al segundo intento cayó hacia atrás, no fue tan fuerte el golpe, pero sí la risa de los que lo acompa
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