La vida se aprende a vivir día a día. Cada día es una oportunidad en donde a través de uno o muchos maestros, ella nos enseña dando un paso, cayendo y levantándose, con o sin ayuda, así vamos aprendiendo, cada uno está construyendo algo, ciertamente unos son más conscientes que otros acerca de la meta que quieren alcanzar y son pocos los que tienen facilidades para alcanzarlas, la mayoría tiene que sudar un poco más, pero la vida enseña a ambos de la misma manera, ella no distingue, sólo enseña. Se trata de aceptar la realidad para poder avanzar, enfrentando, chocando. En su camino el peregrino encuentra buenas personas, aquellas que no solo alientan, sino apoyan, sostienen, son un buen oasis para seguir caminando. En medio de todo esto, el peregrino se descubre, conoce sus límites, alcanza a ver lo que lleva en la mochila con la que salió de casa, encuentra cosas muy útiles y otras que no ayudan tanto y que deben ser pulidas. Alguno dirá ¿Es difícil la vida? ¡Lo es! más no se
Un poco de recuerdos en una olla, agregas mucha imaginación, dejas cocer por unos cuantos días, condimentos al gusto y remueves lo necesario hasta descubrir el nacimiento de algo nuevo.