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Mostrando entradas de enero, 2018

¿Cómo ayudo a ser feliz hoy a la persona que tanto quiero?

¡Comienza el día! deja que esta pregunta te acompañe, no demores mucho buscando la respuesta, pues tienes hoy una oportunidad, en medio de todo lo que debes hacer, para realizar algo por la persona que quieres tanto, que amas. Deja que tu día se llene de una intención que viaje por el subsuelo, que se vuelve algo importante y que sintoniza perfectamente contigo, te darás cuenta la alegría que irá acompañando todo lo que hagas. Dibuja un rostro de felicidad en la otra persona, no te quedes sólo en ver el emoticón en su whatsapp, mejor busca verlo plasmado en esa persona, no hay nada mejor que eso. Quizá estos tres pasos te pueden ayudar. Haz memoria . ¿Cómo has visto a la persona? hace algunos días, ayer, hoy. Piensa en sus preocupaciones, en los asuntos que te compartió y que ocupan su mente en estos días. Piensa en aquello que te dijo que quiere hacer. Como ves esto implica observación de tu parte, es necesario estar atento a los otros, para luego poder ocuparnos de ellos. Idea

Una lección de ternura del Papa Francisco con una ancianita

En cuatro días de la presencia del Papa Francisco en tierras peruanas, miles de personas se han movilizado hacia las tres ciudades en donde ha estado el Pontífice. Las imágenes de las redes sociales y de los diversos canales de televisión que han trabajado en el Perú, nos han mostrado rostros cargados de fe, de esperanza, entre todos ellos a muchos ha llamado la atención el de Trinidad, la anciana norteña nonagenaria. Sucedió en la ciudad de Trujillo, cuando el Papa recorría la calle Gamarra, del Colegio Seminario de San Carlos y San Marcelo, lugar en donde tuvo un encuentro con los religiosos y religiosas que habían llegado de diversos lugares del Perú. Un letrero llamó su atención e hizo que se detuviera y bajara del Papamóvil. Lo que leyó el Papa fue esto: "Me llamo Trinidad, cumplo 99 años, no veo, quiero tocar tu manito".  La imagen es elocuente, vemos un letrero sostenido por quien acompañaba a la anciana y luego ella, con la cabeza hacia arriba, esperando q

¿Qué historia quieres escribir hoy en tu libro de la vida?

El paso de los años en nuestras vidas es como el paso de las páginas al leer un buen libro de aquellos que contienen muchos capítulos, muchas páginas que tú las vas escribiendo cada día, así, cuando somos pequeños, vemos hacia adelante una gran cantidad de páginas en blanco, y por pura curiosidad de niños, tratamos de pasar las páginas pero descubrimos que a ellas la tinta aún no las ha tocado; en cambio, cuando ya han pasado algunos años las hojas anteriores están plasmadas de nuestras historias. Recuerdo que cuando era niño había en casa un libro grueso, que tenía un empastado duro, estaba cosido, y todas sus páginas estaban en blanco; cuando lo tenía en mis manos quería escribir en él, pero no lo hacía, más bien terminé imaginando lo que podría escribir, pasaba por mi mente muchas historias, miles como cuantas veces abrí el libro, y nunca las escribí, solo existieron en mi pensamiento. Las mejores historias se escriben cuando compartimos lo que somos con otros, cuando nos da

Crisanto escogió vivir alegre [MIS ABUELOS]

La alegría suele estar vinculada a gestos que la comunican por los que determinadas personas con las que nos encontramos en la vida se quedan grabadas en nuestra mente por muchísimo tiempo, si no sucede por siempre.  Recuerdo a un tío abuelo por su sonrisa permanente, en su caso ésta venía como acto seguido de alguna "travesura" que solía ser alguna broma divertida o venía luego de ese apretón de manos fuerte, en donde él salía ganando por la mano grande frente a la de un niño, sin embargo era muy divertido ver su rostro y los gestos que hacía para acabar luego con un gran sonrisa que hasta ahora la recuerdo. Y encontrar aquella sonrisa que se dibuja constantemente en una persona por la que los años han dejado huellas difíciles no es muy sencillo, por esto que cuando las encuentras marcan tu vida de una manera singular. En San Lucas (*) conocí a Crisanto, cuando nos encontramos me recibió con una combinación extraordinaria: brazos abiertos y una sonrisa de oreja a ore

Comenzar nuestro día con actos buenos nos trae alegría

Hora: Muy temprano. Clima: templado. Ambiente: La gente corriendo de un lado para otro, algunos bajando del bus apurados, otros subiendo igual. Yo, espero en el paradero, atento a que no se me pase el bus que va para mi destino, en mis manos tengo un libro que me tienta seguir recorriendo sus páginas, cada cobrador de bus que llega al paradero ofrece sus destinos como producto que debe venderse en ese momento, hasta tratan de convencerte que debes subir, entonces me muevo hacia otro lugar, unos pasos más para seguir buscando mi bus. A pocos pasos de distancia observo una señora con el brazo derecho recogido, parece que ella va en el mismo bus que yo, sí así es, llegamos juntos hacia la puerta del vehículo pero aún no pudimos subir, pues tenían que bajar muchos pasajeros, a pesar de ello, cuando subimos no había asiento disponible. Al subir al carro me di cuenta que efectivamente no podía utilizar su brazo y pensé que con lo rápido que se mueven los buses podía golpearse o caers

Cuánto alegra el alma la llamada de alguien especial

A penas podía movilizarme con las cosas de las compras y comenzó a sonar el celular cuando estaba subiendo al taxi, fue cuando en automático, pensando en voz alta, dije "justo ahora", terminaba de pronunciar la letra a y ya me había dado cuenta que se trataba de una llamada muy especial, era él, mi buen amigo Ernesto. Desde Navidad que no nos habíamos comunicado, luego de decir fuerte ¡Aló! para que me escuche, sonaba su voz apacible en mi oído ¡Cómo estás Carlitos! ¡Feliz Año! de pronto me sentía el más ingrato del mundo, me preguntaba por qué no lo llamé antes para saludarlo, le contesté el saludo deseándole lo mismo. De tiempo en tiempo Ernesto me sorprende con sus llamadas, conversamos un rato, con la dificultad que el tiene para escuchar y nos entretenemos conversando. Esta vez me había dado una de esas sorpresas. Estamos ya en el nuevo año, debía llamarme en estos días. Me sorprende cómo alegra tanto el alma una llamada como esas, es sencilla porque viene de u