El dormitorio estaba iluminado por una luz tenue de la lámpara de noche que siempre la apagaban papá y mamá luego de lavar los platos y poner algunas cosas en orden. Ellos pasaban a despedirse de la niña, quien medio dormida, sabía lo que venía, esperaba a sus papás, era la última experiencia del día, no se trataba sólo del beso de buenas noches, papá le conversaba un momento, mamá le decía cuanto la querían y luego ambos rezaban con ella. Esto de rezar era una tradición que en algún momento los padres de Rafaelita cultivaron, lo recuerdan siempre con mucho cariño, rezar antes de dormir se había convertido en un momento especial para ellos, un momento de estar juntos, compartir brevemente, agradecer, encomendarse y dormir tranquilos. La pequeña entonces los esperaba. Papá y mamá terminaron de ordenar algunas cosas en casa, caminaron hacia el dormitorio de la pequeña Rafa, como a veces la llamaban, aprovechando esos pasos para intercambiar algunos breves pensamientos sobre su
Un poco de recuerdos en una olla, agregas mucha imaginación, dejas cocer por unos cuantos días, condimentos al gusto y remueves lo necesario hasta descubrir el nacimiento de algo nuevo.