A simple vista parecía fácil, será que realmente era cosa de valor o sí era peligroso y el grito de todos hacía que luzca sencillo. Solo tiene que lanzarse, sujetarse de la soga y cruzar -pensaba Mike mirando fijamente a Manuel. Del otro lado del río habían dos más, además de Mike, que miraban fijamente mientras sostenían la cuerda. Con Manuel estaban Luis y César que ya habían amarrado la soga gruesa en una roca. Manu, como le decían todos, veía el agua y aunque sabía nadar, tenía en la mente a sus papás que le estaban regañando por habérsele ocurrido semejante locura "¡te pudiste haber ahogado!" escuchaba en su cabeza con la voz de su mamá furiosa. Luis y César estaban un poco apurados por pasar también, pues les esperaba a todos la aventura del otro lado, era lo que les motivaba y la razón del pequeño paseo, sin presionar, decían ¡Vamos Manu! ¡Sujétate fuerte de la cuerda y nada! ¡Allá te espera Mike! -Agregó César. Mike era uno de los más altos, sabía nadar, y tenía fue
Un poco de recuerdos en una olla, agregas mucha imaginación, dejas cocer por unos cuantos días, condimentos al gusto y remueves lo necesario hasta descubrir el nacimiento de algo nuevo.