Ya era muy tarde, la noche estaba muy oscura, ¿a dónde se fue la luz de la luna cuando la necesito? -murmuré cuando bajé del micro bus- lamentablemente me había demorado más de lo que pensé en el trabajo que tuvimos que hacer en la casa de un compañero de la universidad, y por si fuera poco el viento, que golpeaba fuerte, traía consigo diminutas gotas de agua, seguramente llegaría un poco mojado a casa, quizá la casaca que tenía en las manos y que pronto me la puse me proteja del frío -pensé. Seguí caminando, y al momento recordé unas palabras de mi abuelita que bien se aplicaban a esa situación "cúbrete la boca para que no te haga mal ese aire frío", razón no le falta -dije en voz alta-, ya sentía mucho frío. En fin, a seguir avanzando, pues el camino es largo, desde el paradero hasta la casa me esperaban diez cuadras, incluso pasaría por el parque al que le tenía cierto temor, porque la zona es un poco peligrosa, pero ni modo, no tenía otra forma, caminaré rápido cuando
Un poco de recuerdos en una olla, agregas mucha imaginación, dejas cocer por unos cuantos días, condimentos al gusto y remueves lo necesario hasta descubrir el nacimiento de algo nuevo.